¿Mitos o Realidades?

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viernes, marzo 13, 2009

El Exorcista, o la profecía autocumplida

Bloodshot

Este clásico de 1974 cuenta con la madre de las leyendas negras.


Tanto su rodaje como su estreno involucraron hechos escalofriantes; Ellen Burstyn -quien hacía de Chris MacNeil, la madre de la nena poseída- contó que la pasaron bastante mal durante la filmación.

Según se dice, un set se incendió retrasando seis semanas el trabajo, los decorados aparecían destruidos sin explicación y los rollos de película filmada se velaban misteriosamente.

El director, William Friedkin, no hacía mucho por cultivar la buena onda.

Para que los actores gritaran con auténtico terror, disparaba armas de fuego a sus espaldas; también los abofeteaba y hasta llegó a ponerles arneses ajustables a Burstyn y Linda Blair (Regan, la niña poseída).

También hizo que se pegaran de verdad; Burstyn aún tiene una lesión en la espalda.

Por otro lado, los técnicos sufrían accidentes incomprensibles.

Llegaron a contarse nueve muertes de personas cercanas a la producción, incluidos los actores Jack MacGowran, quien falleció unos días después de haber actuado su propia muerte, y Vasiliki Maliaros.

Se decía que el mismo demonio saboteaba el rodaje. Como su equipo se estaba poniendo un "poquito demasiado" nervioso, Friedkin pidió al reverendo Thomas Bermingham, asesor del film, que exorcizara el set. El cura se negó pero, ante la desesperación de todos, accedió a dar una bendición.

Tras el estreno, un espectador se desmayó, se rompió la mandíbula y demandó a la Warner.

En el cine, la gente sufría ataques de nervios; y hasta se llegó a decir que una mujer tuvo un aborto espontáneo.

La pobre Linda Blair, de solo 14 años en ese entonces, fue amenazada de muerte y tuvo que andar con custodia durante seis meses.

Tras la repercusión del film, se montó una versión teatral; la misma noche del estreno, la protagonista murió en extrañas circunstancias.

El evangelista Billy Graham proclamó que los rollos de la película albergaban un demonio.

Haciendo oídos sordos, William Friedkin mudó su productora al número 666 de la Quinta Avenida.

Fuente: ZonaCinemania.