¿Mitos o Realidades?

Cosas "raras" que andan dando vuelta por el Mundo. Algunos creen, otros no ... Vos, ¿en que lado estás? mitosyrealidades@gmail.com

Cool Slideshows

jueves, julio 30, 2009

¡¡Zombie!!

Haiti
Originalmente escrito por wikipedia
Un zombi (en ocasiones escrito con la grafía inglesa zombie) es, originalmente, una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el culto vudú.

Se trataría de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo.

Por extensión, ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas mecánicamente como si estuviera privado de voluntad.

De acuerdo con la creencia, un houngan, bokor o hechicero vudú sería capaz mediante un ritual de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve a la vida. Estos muertos vivientes son llamados zombis.

La palabra podría tener relación con el nombre de una serpiente divina que es objeto de culto en las regiones de lenguas níger-congo, y que está emparentada con el término kilongo nzambi, que significa dios.

En 1937 la folclorista estadounidense Zora Neale Hurston conoció en Haití el caso de Felicia Felix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y a quien, sin embargo, muchos lugareños aseguraban haber visto viva treinta años después convertida en zombi.

Hurston se interesó por rumores que afirmaban que los zombis existían realmente aunque no eran muertos vivientes sino personas sometidas a drogas psicoactivas que les privaban de voluntad. No pudo, sin embargo, encontrar datos que fueran más allá del mero rumor.

Varias décadas más tarde, en 1982, el etnobotánico canadiense Wade Davis viajó a Haití para estudiar lo que pudiera haber de verdad en la leyenda de los zombis y llegó a la conclusión —publicada en dos libros: The Serpent and the Rainbow (1985) y Passage of Darkness: The Ethnobiology of the Haitian Zombie (1988)— de que se podía convertir a alguien en zombi mediante el uso de dos sustancias en polvo.

Con la primera, llamada coup de poudre (en francés, literalmente, «golpe de polvo», un juego de palabras con coup de foudre, que significa «golpe de rayo» y también «flechazo» amoroso), se induciría a la víctima a un estado de muerte aparente.

Sus parientes y amigos la darían por muerta y la enterrarían, y poco después sería desenterrada y revivida por el hechicero. En ese momento entrarían en acción los segundos polvos, una sustancia psicoactiva capaz de anular la voluntad de la víctima.

El ingrediente principal de la primera sustancia, el coup de poudre, sería la tetrodotoxina (TTX), una toxina que se encuentra en el pez globo, que habita las costas del Japón y el Caribe. La TTX, administrada en una dosis semiletal (LD50 de 1 mg), es capaz de crear un estado de muerte aparente durante varios días, en los cuales el sujeto sigue consciente a pesar de todo.

Otras fuentes hablan del uso del estramonio o datura, que en Haití se llama concombre zombi, esto es, «pepino zombi». Según la creencia popular, la ingestión de sal liberaría al zombi de los efectos de la droga.

Davis popularizó también la historia de Clairvius Narcisse, un hombre que aseguraba haber sido víctima de esta práctica y haber vivido como esclavo zombi en una plantación durante dos años.

A pesar de que la creencia en los zombis está extendida en Haití (hasta el punto de que a veces se toman medidas para evitar que los muertos sean convertidos en esclavos, como inyectarles gran cantidad de agua salada o incluso cortarles la cabeza), no existe ninguna evidencia científica de que nadie haya sido sometido a un proceso de zombificación, ni por medio de los venenos descritos ni, por supuesto, por medios mágicos sobre muertos reales.

Las investigaciones y relatos de Davis y de Hurston han sido contestadas por escépticos que ponen en duda su veracidad.

Por otra parte, es falso que el código penal haitiano prohíba expresamente el uso de sustancias susceptibles de provocar la zombificación, meme o idea falsa que en ocasiones se cita como demostración de la existencia real de estas prácticas.

jueves, julio 23, 2009

El Peuén - leyenda araucana

Tree 6
Hace muchísimo tiempo, los araucanos pasaron por un período de muchas necesidades. El hambre castigaba a todas las tribus. Y los que más sufrían eran los niños y los viejos.

Entonces, en reunión de jefes, resolvieron enviar hacia los cuatro vientos, por distintos caminos, a los jóvenes más fuertes para que buscaran alimentos -vegetal o animal y volvieran con lo necesario para salvar a las tribus.

Pasaron los días y comenzaron a regresar los enviados con las manos vacías. Faltaba tan sólo uno, el más vigoroso y hábil. Tardaba y no llegaba. Las esperanzas se iban desvaneciendo. La impaciencia y la desesperación se convirtieron en llanto de niños y en lágrimas de viejos.

Hasta que por fin lo vieron aparecer, extenuado, cargando un gran bolsón con piñones de pehuén, que volcó delante de los viejos de las tribus.

- ¿Qué es esto que traes le preguntaron si no es fruto del árbol sagrado?

- Bien dices, abuelo. Es el fruto del árbol sagrado que nos salvará a todos.

- Pero, ¿cómo te atreves, hijo?

- Deje que le cuente, abuelo y luego decidirán. Después de andar por largos caminos sin encontrar nada para aliviar las necesidades de ustedes, subí por cerros desconocidos, cuando de pronto se me apareció un anciano, de larga barba, de cara blanca y de ojos azules. Alto, de andar a grandes trancos y me dijo:

- ¿Qué buscas por mis montañas?

Entonces le conté de los apuros que estábamos pasando, que los niños y los ancianos sufrían y que pronto morirían si no regresaba con algo para salvarlos.

- ¿Por qué desprecian los piñones del pehuén? --me preguntó.

- Son frutos del árbol sagrado, duros y creemos que son venenosos.

- No, hijo, es un alimento extraordinario, me respondió. Pero tienes que hervirlos para ablandarlos y luego asarlos para comerlos. Cada piñón es suficiente para alimentar una familia, Y cuando llegue el invierno los entierran para que el frío no los perjudique y así tendrán alimento todo el año, aunque te falte la caza.

- Luego de decirme ésto, desapareció en un instante. Y aquí me tienen con este bolsón de piñones grandes que he recogido del suelo, de los muchos que hay en nuestros hosques.

Los ancianos reunidos meditaron en la noticia que trajo el último de los enviados. Juntaron a las tribus y contaron lo que ell joven les había dicho y todos estuvieron de acuerdo en creerle. Desde entonces no hubo más hambre y todos los años cosecharon grandes cantidades de piñones que guardaban bajo tierra y se mantenían frescos durante mucho tiempo.

Aprendieron también a fabricar con los piñones el chahuí, bebida fermentada. Cada día, al amanecer, con un piñón en la mano o una ramita de pehuén, rezan mirando al sol:

"A ti de debemos nuestra vida, y te rogamos a ti, el grande, a ti nuestro padre, que no dejes morir a los pehuenes. Deben propagarse como se propagan nuestros descendientes, cuya vida te pertenece, como te pertenecen los árboles sagrados".

jueves, julio 16, 2009

La Ballena - leyenda tehuelche

Love You A Ton
Hace muchos años atrás, la ballena no vivía en el mar sino en la tierra, entre los tehuelches. Andaba de un lado a otro, pastando, y al ser tan gorda, no podía recostarse contra un arbusto sin triturarlo.

Pero el problema mayor de Goos fue otro. Entre los tehuelches desaparecían las cosas, las plantas, los animales, la gente. Zorros, maras, peludos, los quillangos de piel de guanaco, los perros con que los indios cazaban, un árbol con su raíz, una bandada de flamencos, se evaporaban sin explicación.

Lo mismo ocurría con las personas, grandes y chicas, familias enteras, atareadas en coser sus taparrabos o a punto de almorzar tranquilamente sus huevos de ñandú, desaparecían en el aire. Los tehuelches le pidieron ayuda a Elal.

Y el héroe Elal descubrió que Goos cuando bostezaba se tragaba cualquier cosa que estuviera cerca. Su bocaza funcionaba como una aspiradora. El misterio estaba aclarado, ¿pero cómo recuperar todo lo que había en la panza?

Elal urdió un magnífico plan: se convirtió en tabano. Aprovechando un bostezo se metió dentro de la ballena. Estaba oscuro. El héroe clavó su agijón en la garganta de Gooss, tantas veces que la molestia la hizo carraspear. Entonces la ballena expulsó a todos sus ocupantes, incluido Elal.

Así fue como recuperaron la libertad las maras, los zorrinos olorosos, los ñandúes, las árboles con sus raíces y los indios con sus adornos de plumas, sus quillangos, sus boleadoras, sus mocasines.

Elal pensó que el mejor lugar para la ballena no era la tierra sino el agua y decidió mudarla al mar. Transformó sus patas en un par de aletas y la mandó a vivir en el oceano, con orden de no tragar nada que fuera más grande que un huevo de langostino enano. Por eso ahora ella se alimenta sólo de cosas minúsculas.

A Goos le gusta el mar. Está mucho más cómoda, y sobre todo más fresca, aunque no bajó mucho de peso ...

El territorio donde vivían los tehuelches quedó bastante pelado. Esto se debe a que la ballena anduvo largo tiempo arrastrando la barriga por ahí. Pero igual es lindo así, liso.

Adaptación de una leyenda tehuelche.
Nota: Elal era un héroe sagrado para los tehuelches y para otros pueblos cercanos. Les enseñaba secretos, el misterio del fuego y como cazar animales para alimentarse.

jueves, julio 09, 2009

La Maldonado - leyenda pampeana

Woman In Rollers
Esta leyenda es una de las más antiguas de Buenos Aires. Se origina en la época de la primera fundación realizada por don Pedro de Mendoza, cuando nuestra capital no era más que un grupo de chozas, y los españoles desembarcados de los barcos la habitaban agitándose entre la miseria, el hambre y las enfermedades.

Don Pedro de Mendoza había reclutado en su recorrido por Cádiz y por San Lúcar de Barrameda para emprender aquella nueva aventura. Un viaje a lo incierto, empujados por la ambición del oro, del enriquecimiento rápido y también de la aventura.

Gente desesperanzada, renegados, ricos venidos a menos, con las esperanzas de obtener nuevas fortunas, cuando no hambrientos. Esto era la base del contingente que pudo reunir este capitán.

Esta expedición estaba constituída entonces por un grupo de hambrientos donde estaban mezclados franciscanos y ladrones, escribanos y marineros, escuderos y estudiantes, asesinos y soldados. Entre ellos se contaba un hermano de leche del emperador Carlos V y un hermano de Santa Teresa de Jesús.

Con esta gente se fundó, por primera vez Buenos Aires el 22 de febrero de 1536, encerrada dentro de una empalizada que frenaba indios y fieras. Para los grandes capitanes era una avanzada de la civilización, pero para los que vinieron y estaban prisioneros en medio de la inmensidad salvaje, era una tumba de desesperanzados.

Muy lejos estaba el centro, la metrópoli de donde habían venido, como para recurrir en caso de peligro. Todo estaba echado a la suerte y a la mano de Dios. Y no tardaron en llegar el hambre y las enfermedades.

No había qué comer, y los indios, que al principio se mostraron comprensivos y obsequiosos trayéndoles víveres, se tornaron agresivos y peligrosos, y sólo esperaban el momento oportuno para atacar y echar al mar a los intrusos que se habían apoderado de sus tierras.

Los hombres se embriagaban, porque era la forma de olvidarse de ellos mismos, se volvieron peleadores e iracundos; por un "quítame de aquí es pajas" se enfrentaba en lucha a muerte. Las pocas mujeres que habían venido en la expedición eran madres, esposas, amantes, enfermeras y esclavas.

Y finalmente llegó la viruela y sembró la muerte. Todo era desolación, hambre y dolor. Afuera, la indiada que no dejaba salir a nadie de aquella jaula de palo; en cuanto se atrevían a hacerlo, se cubría el cielo de flechas.

Este era el cuadro que presentaba el primer grupo de conquistadores que fundaron Santa María de los Buenos Aires, cuando se produjo un hecho insólito, protagonizado por una mujer: la Maldonado.

Una mujer humilde recogida en los muelles de San Lúcar de Barrameda, que enloqueció del ver tanto horror, Dando gritos de espanto salió corriendo hacia la empalizada; abrió la tranquera y tomó camino de la pampa. No pasó mucho tiempo sin que dos soldados, exponiéndose a las flechas de los indios, salieran en su persecución. La atraparon y sin ningún miramiento la llevaron donde estaba el "dueño y señor" de aquella población.

El castigo no se hizo esperar: El capitán pidió que la llevasen en seguida hasta la primera corriente, la ataran semidesnuda a un árbol para que las alimañas se saciaran con sus carnes maldecidas.

La orden se cumple, y la Maldonado, despojada de sus ropas, es conducida hasta la orilla de un arroyo de sucias aguas, donde es amarrada a un árbol. Allí la dejaron para pasto de las fieras.

La noche llegó cargada de sombras y de miedo. El viento comenzó a soplar y hacía mucho frío, Las carnes de la infortunada muchacha se endurecían y se amorataban, y para mal de ella, una llovizna helada que empezó a caer la caló hasta los huesos. Todo estaba perdido. Por un lado sus propios compañeros, que la habían abandonado, y por el otro, estaban los indígenas y las fieras, que en cualquier momento darían un zarpazo mortal. Se abandonó a su destino, implorando que Dios la llevara cuanto antes.

A la mañana siguiente, cuando los soldados fueron para dar sepultura a sus restos, comprobaron que estaba intacta; que nadie había tocado su cuerpo y que una tigresa con sus cachorros, a la que la Maldonado la ayudara a parir, estaba echada a sus pies, como queriéndole dar calor.

Pusieron el hecho en conocimiento de don Pedro de Mendoza, quien personalmente quiso comprobar aquel extraño episodio. Al verla ordenó que la libertaran de las ataduras y la llevaran al fuerte con todo cuidado. Así se salvó la Maldonado de una muerte terrible. Y el arroyo, a cuya orilla estuvo atada, lleva, desde entonces, su nombre.

Esta leyenda es de la Región del Este (Entre Ríos y Buenos Aires). Versión adaptada del relato que figura en Leyendas de Nuestra Tierra de Carlos Villafuerte. Editorial Corregidor. Bs.As. 2002.

miércoles, julio 01, 2009

Doña Elena - leyenda mexicana

Scared 1
Doña Elena era una mujer muy cruel con su hijastra. Todos en el pueblo decian que habia hecho un pacto con el diablo y esto le habia permitido casarse con un señor muy rico, el cual murió poco después de la boda.

Cuenta la leyenda que doña Elena no era feliz, y le pidió al diablo que hiciera que un hombre joven se enamorara de ella.

En esos dias un hombre llamado Arturo llegó a trabajar a su hacienda. A ella le gustó y en unos cuantos meses se casaron.

Arturo ya dentro de la hacienda, conoció a la hijastra de doña Elena y se enamoró de ella, pero tenían miedo de su amor, porque sabían del pacto que doña Elena tenia con el diablo.

Una noche decidieron escapar de la hacienda, por el camino que utilizaban antes los comerciantes, para llegar a la ciudad de Pachuca, que en estos tiempos ya no es transitada.

Justo cuando estaban en las afueras de la ciudad, doña Elena se enteró y, enfurecida, salió en busca de ellos en una carreta.

Cuando estaba apunto de darles alcance, los caballos se desbocaron, debido a que era de noche, no habia luna, y la visibilidad era muy poca, la carreta volcó y doña Elena murió.

Desde entonces, se dice que aquellos que acampan por la region de peñas cargadas y sitios cercanos a el camino viejo a la ciudad de Pachuca, se escucha y se ve a una mujer con la ropa rasgada, en una carreta recorrer todas las noches el camino.